Casi siempre que pensamos en la falta de deseo sexual solemos traer a nuestra mente a las mujeres. Durante muchos años han sido estas las que manifestaban la misma. Pero, ¿Qué ocurre cuando desaparece el deseo en los hombres?. Esta tendencia ha cambiado en los últimos años. Cada vez son más los hombres que acuden a terapia sexológica para expresar la inexistencia de apetito, en relación a la pareja o incluso llegando a la masturbación.
Mi experiencia como sexóloga me lleva a pensar que los problemas relacionados con el deseo sexual son los más consultados en terapia sexológica.
¿Qué es el deseo sexual?
Helen Kaplan, en 1982, definió el deseo sexual como un apetito o impulso producido por un sistema específico en el cerebro. Las fases de excitación y de orgasmo afectarían a los órganos genitales.
Además, estaría la parte relacionada con la psicología. Predisposición de interpretación de la situación, y si existe pareja sexual de la misma, en términos placenteros, porque aunque nuestras hormonas y neurotransmisores estén en los niveles adecuados si no interpretamos el entorno como predisponente a disfrutar el deseo sexual no se activará.
No creo que sea el espacio adecuado para hablar de las distintas hormonas y neurotransmisores que intervienen en la existencia o no del deseo, pero sí que me gustaría decir que en el caso de las hormonas la más relevante sería la testosterona, tanto en hombres como en mujeres, y que los neurotransmisores implicados en la existencia del deseo sexual serían la dopamina y la noradrenalina.
¿Es lo mismo la falta de deseo que la disminución del mismo?
No, y de hecho los profesionales de la sexología tienen diferentes formas de llamar a cada fenómeno.
La falta de deseo sexual se llama hipoactivo y suele estar relacionado con factores físicos.
La energía para expresarlo está en sus niveles óptimos. Existen causas psicológicas o sociales que nos impiden expresarlo, llamado inhibido.
¿Es igual todo deseo inhibido e hipoactivo?
No, la verdad que hay diversas formas de clasificar estos. Puede que se produzca una falta de contacto sexual independientemente de la persona, del medio o de otros factores; o bien que sí que existen factores concretos por los que no se expresa el deseo sexual.
¿Qué se puede hacer para modificar los niveles de deseo?
Si la causa de la disfunción es de tipo físico el tratamiento lo llevará a cabo un profesional de la medicina, ya que las técnicas que puede utilizar una persona experta en sexología no tendría la eficiencia adecuada. Eso no quiere decir que la terapeuta sexual no esté implicada en esta fase. Puede ofrecer sus conocimientos relacionados con el aprendizaje o reaprendizaje de situaciones que producen placer, información sexual y terapia si la situación relacionada causase mucha angustia.
La terapia sexual va a ir enfocada a:
-Aprender nuevas formas de expresar la sexualidad. La mayoría de las veces el deseo sexual disminuye o desaparece. La expresión sexual ha pasado a ser un mérito trámite automático, sin sentir placer en el mismo. La terapia sexológica estará enfocada a disfrutar con todos nuestros sentidos.
-Habilidades de seducción. La no expresión del deseo sexual suele producirse porque no se sabe seducir(o no se tiene la confianza para hacerlo) a la persona que se tiene enfrente, y eso hace que se reduzca la posibilidad de acercamiento.
-Cultivo de fantasías sexuales: Potenciar nuestra mente hace que tengamos más ganas de expresar nuestro deseo sexual. Esto no significa que tengamos que llevar a cabo lo que fantaseamos, sino que dediquemos más tiempo a fantasear con estímulos que nos hagan ponernos en marcha.
-Técnicas para mejorar nuestra autoestima. Si no te sientes cómodo con quién eres puede llevar a que tu deseo sexual desaparezca o disminuya, así que es importante que antes de pensar en desear a alguien pienses en desearte a ti mismo.
-Terapia de pareja. Algunas ocasiones en las que hay problemas con el deseo sexual es porque la pareja no está bien. Si tú no tienes ganas de estar con esa persona en la misma habitación es muy posible que no tengas ganas de estar en la misma cama.
Espero que te haya ayudado este artículo para poner en marcha las estrategias para mejorar tu deseo sexual.
*Si el deseo sexual es un síntoma asociado a otra situación la terapia sexológica no sería la primera opción, sino que se tendría que acudir a un profesional de la psicología.