Cuando hablamos de tipos de fobias, hablamos de un miedo irracional a algo que no representa ningún peligro en realidad. Se trata de un trastorno de ansiedad que sufren millones de personas, siendo un factor limitante ya que estas personas harán todo lo posible por evitar aquello que les provoca fobia, llegando incluso a encerrarse en sí mismos.
Existen distintos tipos de fobia y suelen comenzar en la niñez o en la adolescencia, continuando después en la edad adulta. Las fobias más complejas, pueden desarrollarse directamente en la edad adulta y todas, ya sea en niños o en adultos, se producen por algún mecanismo desencadenante o por factores hereditarios.
Las fobias desembocan en miedos, taquicardias, pánico y un deseo irrefrenable de huir, además pueden presentarse junto a otros trastornos de ansiedad. Es por esto que condicionan enormemente a quien lo sufre y se debe buscar solución.
Tipos de fobias más comunes y sus causas
Hay una gran variedad de fobias, algunas más específicas relacionadas con algo concreto y otras más complejas que pueden resultar a su vez más incapacitante para la persona que lo padece y que suelen desarrollarse en la edad adulta como la agorafobia o la fobia social.
Estos son los tipos de fobias más comunes:
– Claustrofobia: miedo a espacios cerrados.
– Aerofobia: miedo a subirse a un avión.
– Brontofobia: miedo a las tormentas o cualquier fenómeno natural.
– Acrofobia: temor a las alturas.
– Amaxofobia: miedo a conducir
– Tripofobia: repulsión a las figuras geométricas.
– Fagofobia: temor a atragantarse.
– Zoofobia: miedo incontrolable a animales (insectos, perros, gatos, serpientes…)
– Tanatofobia: pánico a la muerte.
– Agorafobia: miedo a espacios abiertos y concurridos.
– Fobia social: temor o ansiedad a distintas situaciones sociales.
– Temor a los ruidos fuertes.
– Miedo a los payasos.
– Pánico a las heridas, a la sangre, a las agujas…
Se desconocen los mecanismos exactos causantes de las fobias, lo que sí se conocen son ciertos aspectos de pueden desencadenarlas como experiencias vividas que hayan resultado muy negativas o traumáticas, la genética o cambios en la función cerebral.
También existen factores de riesgo que pueden propiciar algunos tipos de fobias, como que algún familiar cercano lo sufra, algo que sobre todo en los niños puede resultar muy influyente. El temperamento propio y la personalidad de cada persona también puede influir, siendo más sensibles las personas pesimistas, introvertidas o especialmente sensibles.
Terapia de ansiedad para superar una fobia
Las fobias producen una serie de reacciones incontrolables que generan una verdadera situación de malestar y sufrimiento a quien lo padece, llegando incluso a provocar situaciones de enorme riesgo. El temor intenso, la sensación de impotencia, las dificultades sociales, la ansiedad, llanto, náuseas, sudoración excesiva, sensación de ahogo, mareos o incluso desmayos… Y muchas veces sin ni siquiera haber estado expuesto a lo que genera la fobia en sí, sino simplemente de pensarlo.
A priori una fobia específica a algo que aparentemente no tiene ninguna importancia, puede resultar absurda para quien no la sufre, pero la realidad es que condiciona en gran medida la vida de quien la padece. Además, existen casos que pueden desencadenar en depresión, aislamiento social o incluso en conductas adictivas… Como ya hemos comentado al principio de este artículo, la persona hará lo posible por evitar esa situación que le genera fobia y, en ocasiones, la herramienta utilizada puede ser más peligrosa que la propia fobia.
Desde los casos más “simples” a las fobias más complejas, pueden ser tratadas por un profesional y es importante pedir ayuda. Aprenderás a convivir y a controlar esos miedos.
¡Gracias por leer este artículo!
